Ansiosos mis dedos por encontrarte
entre la penumbra y nuestros
deseos
pues nunca se nos antojaron feos
los miles de anhelos por abrazarte.
Una vez tu dulce aliento sentí
comencé a vibrar aún sin pensarlo
como conoce quien llega a pasarlo
pues frente a tus ojos yo presentí
la gran profundidad del sentimiento
que embriaga a quien vive la dulce vida
bien libre de su puro
descontento
sin que ya pueda conseguir que mida
desde el dolor, el calor o el
aliento
pues se siente plena en amor,
servida.
Inma Flores © 2014
(Foto tomada de internet, autor desconocido)
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