No, no, no…
No me interesa vivir
en la cárcel de tu verbo.
Ser observada mi vida
desde tu sucia y gris
pupila, una fea
ballesta que dispara palabras
encendidas, avivando
un fuego que no existió.
No quiero sentir la
espada de Damocles en mí,
ni tus silencios
carentes de sentido, tampoco
soportaré ningún trato
despectivo, mudeces
privadas de las
verdades que dices que te apoyan.
No resisto, no, la
angustia de tus constantes dudas,
tampoco esas, tus mentiras comprobadas. Mil veces
las negaste, con la prueba
anudada en la cintura,
mientras mis ojos,
regados en lágrimas, rogaban.
No me interesa, no
quiero, no resisto el dolor.
Inma Flores © 2020
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