domingo, 16 de abril de 2017

Vacíos







Amaneció el día

envuelto en la pasión,

cientos de besos esparcidos

en tu frente

y otros tantos devueltos por tus labios

edulcorando los míos.

Llegó la tarde,

se esparció la noche

y nos alejamos del instante.

Mirar atrás es romper

de un sablazo

este presente que hoy nos endulza.



 Lo vi.


El estruendo

de ese enorme beso

lanzado al abismo del ayer

rompióme el tímpano.

También alguna víscera.



Algunas nostalgias ajenas

hieren a muerte

un corazón desquebrajado.


Irene Bulio©