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jueves, 19 de septiembre de 2019

Nosotros


 (Imagen tomada de internet, autor desconocido)


A veces las tristezas se apoderan
del alma ilusionada.
Deseas volar, pones el empeño,
las fuerzas,  y te asomas al abismo.
Incluso,  lo que más deseas
se aleja, paso a paso, mientras respiras miedos
y descubres que tus  alas están mojadas.
Agua y aceite somos,
tú no apagas mi sed
yo no te sacio.

Hoy, noche de humedad, salitre y penas,
cansada de remar a la deriva,
veo cómo  ya tu barca va sin velas,
recordando otro mares
mientras sueñas los viejos puertos.
En la ciénaga se ahogan mis tristezas.
Agua y aceite somos,
tú no apagas mi sed
yo no te sacio.

No soy la esposa que sumisa
aguarda cariñosa entre brillos de corales,
no soy la que calla y otorga,
no soy la que aguanta y se oprime,
no soy, no…
Ni tú el ser generoso que su tiempo me obsequia,
intentado encontrar el sentido a mi mundo,
compartiendo su instante…
Agua y aceite somos,
tú no apagas mi sed
yo no te sacio.

El orgullo nos puede, asesina los sueños,
y sin sueños no somos nada, ni hoy, ni mañana…
Sigue tu senda, pues un día el deseo de amar
nos nubló la cordura.
Ninguno ha de pagar el precio
de dejar de ser
agua o aceite;
tú no apagas mi sed,
yo no te sacio.


Inma Flores ©

miércoles, 28 de agosto de 2019

¿Dónde hallará ese tesoro?




(Imagen tomada de internet. Autor desconocido)

En busca del amor por las esquinas
mirando, rauda, sobre cada mesa,
se sintió feliz, siempre una princesa,
sin temer al dolor ni a las rutinas.

Buscaba y rebuscaba entre  las minas,
en el mar y en el cielo... No regresa.
Del dolor y la ausencia sale ilesa,
sus  lágrimas ya son puras rutinas.

La vida se escapaba entre sus dedos
como granos de arena que traviesos
buscan la duna que el viento robó.


Amar, amar, amar también los miedos,
amar siempre la vida y sus excesos,
amar en cada instante consiguió …

Había buscado tanto, a la deriva,
que de amarse a sí misma se olvidó.

Inma Flores ©


A Carmen Rosa, tras una conversación donde queda clara la importancia de amarse a uno mismo, alimenta la felicidad.

viernes, 8 de marzo de 2019

¿Dónde se halla la esperanza?





Amaneció,
el sol comenzaba a inundar la estancia
llevándose el vacío en su vuelo
La oscuridad se fue disolviendo en la luz,
y la alcoba quedó llena de vida.
Cristales de colores anunciaban
tu llegada, al fin.
Te había buscado en mis mejores sueños,
surcando mares, cientos de océanos, miles de estrellas,
y apareciste de repente,
cuando ya la esperanza no existía.
Así suceden las mejores cosas,
así nos reencontramos
nosotros mismos,
en el silencio de una noche oscura.

Amaneció
y un torrente de luz alumbró
la senda de la vida. Fue tu aliento,
tu voz, lo que alentó a la crisálida
para por fin alzar su vuelo.
Tus ojos, bello faro en las tinieblas
me atrajeron a tu bahía,
 el roce de tu piel fue el viento
que invitó a mi velero a surcar tus cielos.
Allí estaba yo,
desnuda de las dudas, de los miedos,
aferrada a tu pecho, dibujando
ondas en tu costado.
Mientras, tú sonreías a la vida:
existiendo la luz, hay esperanza.

Inma Flores ©

viernes, 2 de noviembre de 2018

A los que ya partieron







Como cada primero de noviembre
se acerca al  cementerio.
Un ramos de claveles blancos
en sus manos relucen
como nubes viajeras
en el cielo infinito.

Atrás quedaron lágrimas ajadas
cubiertas de silencios,
palabras nunca dichas que en sus labios
aún reborbotean en las noches
donde las frías sábanas
saben a soledad y desconsuelo.

Llegar ante su lápida duele aún,
como si de una lanza se tratase
dispuesta a lacerar todo su pecho.
También la entraña azul, donde el abismo
se encarga de engullir todo recuerdo
y una lágrima, entonces, rememora:
No hay distancia donde el amor
se disuelva en olvido.

Inma Flores © 2018


Reborbotean: "borbotean" pero recuerdo escuchar la palabra así, como si fuese un ruido incesante, al que no logras acostumbrarte.



domingo, 2 de septiembre de 2018

Se nos va la vida sin vivir





A veces pierdes luz en la espera  del instante.
Soportas la llegada de la brisa,
los rayos de sol, que como espadas
se clavan en el alma enmohecida,
 mientras muere tiñendo de gris
 el verde de la esperanza
que de antaño fluía en tus venas,
pero tú permaneces erguido
a la espera
soñando el rayo azul
que te invite a vivir.

Inma Flores ©

lunes, 27 de agosto de 2018

Aniversario





Mirar atrás, sentir cómo el latido
galopa hacia el abismo
y  de tu  enamorada voz
quedan ungidos mis sentidos.

Mirar atrás, sentir cómo tus manos
atrapan mi cintura enamorada
y acarician pueriles mejillas sonrosadas
que sueñan atrapar tu flechado beso.

Mirar atrás, sentir cómo tus sueños
abrazan a los míos
y crea un mismo futuro incandescente
lleno de luz, amor y anhelos.

Mirar atrás, sentir cómo el presente
cambió sus tonos y vistió de gris,
añurgó cualquier vida futura entre tus manos,
tus manos despiadadas, crueles, de verdugo.

Mirar atrás, sentir cómo la fortaleza
siempre se nos ofrece
y en cada cielo  brilla un trozo azul
al que aferrarse.

Mirar atrás, sentir cómo tu traición
fue la llave de mi libertad.
El único amor que es para siempre
es el que no pudiste arrebatar.

Observar el presente, saber que me miras.
Desde lejos tus ojos se clavan
buscando las respuestas.
No fuiste esposo ni padre.

La vileza se anuda en tu cuello
como antes fueron tus dedos en el mío.
Rompiste toda magia, todo amor,
quebraste la quimera, ahora suéñame en la distancia.



© Irene Bulio