viernes, 8 de marzo de 2019

¿Dónde se halla la esperanza?





Amaneció,
el sol comenzaba a inundar la estancia
llevándose el vacío en su vuelo
La oscuridad se fue disolviendo en la luz,
y la alcoba quedó llena de vida.
Cristales de colores anunciaban
tu llegada, al fin.
Te había buscado en mis mejores sueños,
surcando mares, cientos de océanos, miles de estrellas,
y apareciste de repente,
cuando ya la esperanza no existía.
Así suceden las mejores cosas,
así nos reencontramos
nosotros mismos,
en el silencio de una noche oscura.

Amaneció
y un torrente de luz alumbró
la senda de la vida. Fue tu aliento,
tu voz, lo que alentó a la crisálida
para por fin alzar su vuelo.
Tus ojos, bello faro en las tinieblas
me atrajeron a tu bahía,
 el roce de tu piel fue el viento
que invitó a mi velero a surcar tus cielos.
Allí estaba yo,
desnuda de las dudas, de los miedos,
aferrada a tu pecho, dibujando
ondas en tu costado.
Mientras, tú sonreías a la vida:
existiendo la luz, hay esperanza.

Inma Flores ©

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