(Amándote despacio de Jaime Barkin)
Embelesada ante el dulce maná que brota de tus ojos
mientras tu mirada juega a
clavarse en la mía,
como cada noche, amor, que juntos
pasamos…
Así es como duermo, sintiéndome
alada
vibrando en silencio tras romper
con ecos
el mudo cantar de la madrugada.
Aterida entre tus brazos,
agasajada por tus besos…
encuentro la paz y el sueño,
la calma con que
siempre aguardas
de mis labios el regreso,
entrelazando nuestras almas,
abriendo el oxidado pestillo
de donde un día guardaste
buena parte de tus miedos.
Libéralos ahora amor,
hazte libre del recelo,
disfruta de la pasión,
de la calma, de mi cuerpo,
del despertar abrazados,
del dormir cuerpo con cuerpo…
Libera tu libertad,
enclaustra ya los temores…
que la vida no es eterna, amor,
aunque sí las pasiones.
Irene Bulio © 2014
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