jueves, 7 de agosto de 2014

Como cada 06 de agosto...





Los años pasan,
 la vida sigue.
Tomé mi maleta y me fui.
Atrás lo dejé todo y tal vez nada
portando lo importante...
alzando la mirada.

Atrás lo dejé todo y tal vez nada.
Llevaba lo justo:
el alma que entre los brazos portaba.
Cada vez que la observaba
arrancábaseme el alma.
—Aún hoy me brotan las lágrimas—
Pasan los años, más no las miradas
los silencios repletos de recuerdos
atrás quedan...
las palabras portadoras de vacíos,
quedaron mudas...
el recordarte, sentirte y amarte
también quedó atrás.


Te amé y quizás aún te amo.
Alguna espina de ti queda  aún en mi corazón,
más libero mi alma, te sueño lejano.
Sólo los días como hoy
vuelvo a sentir daño,
la lava de tu mirada
ardiente en rabia…
dentro de mí se anclaba;
la fortaleza de unos dedos
que no debían estar donde estaban…

Hoy de ti me  liberto
como cada 06 de agosto.
Me libero y te vuelvo a liberar.

Mañana es otro día
en el que no volverás a estar.
¡Ya no siento miedo!
Sólo dolor y pena.
Nunca nada llenó tu vacío
nunca nadie acarició igual el alma…
más tú perdiste el trono de mi cama, porque
no se lastima a quien se ama.

Irene Bulio © 06.08.1993 - 2014. 

(«Alborada» - Autor Alex Alemany)

Nota del autor: Cada día que amanece somos libres, cada día en el que sale un nuevo sol estamos eligiendo el hoy y el mañana que nos espera.  La libertad que disfrutamos la hemos decidido y creado ayer, y anteayer, y tal vez desde hace décadas estamos poniendo pequeños granitos de la  felicidad y/o del dolor que hoy nos acompaña.
Fué difícil recoger mis miedos, abandonar un amor que era "para siempre", dejarlo todo atrás para encontrar "un algo" que no hallaba, que hoy reconozco que no hallé. Fue difícil, pero fue la cizalla con la que corté la cadena que me ataba  al corazón de la persona que debía proteger al fruto de nuestro amor, y  a cambio lo ponía en peligro. Hoy me siento libre, hoy me siento orgullosa de dar aquel paso tan complicado. No hay que aguantar lo que no se merece, siquiera por amor, siquiera por los hijos, siquiera...
El mejor ejemplo que damos a nuestros seres queridos, a las personas que nos rodean, a las que amamos, es el de luchar por ser felices. Y si hoy no puede ser, al menos por estar tranquilos, de hecho "la tranquilidad es lo más cercano a la felicidad".

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