martes, 26 de agosto de 2014

Durmiendo en tu ombligo...





Llueve el recuerdo de  la calidez de tus abrazos
del fuego que siempre manó de tus besos
de la pasión que yacía,  dormida, en tu boca
hasta que una simple mirada  la mecha prendía
para desear tocarnos, sentir nuestros cuerpos.

Yemas contra yemas, nuestros dedos se encontraban
para pronto acariciar las manos… que anudaban deseos,
susurros al oído que bailaban al son de la acelerada respiración
ansiosa por gritar al cielo que se hallaba a punto de estallar,
estallar como cada célula de nuestros cuerpos, deseándonos,
sintiendo que cualquier instante, que cualquier momento,
que incluso, cualquier lugar, era merecedor de  nuestra pasión,
con tal de no dejar pasar el tiempo…

Instantes sin prisas, sin pausas, sin penas, sin glorias…
Instantes compartidos, instantes enamorados, instantes…

Instantes que quedaron yertos, sin ecos, sin recuerdos…
...que ahora son abono de amores inconfesos.

Irene J. Bulio © 25.08.14

  (Autor: Alex Alemany)

No hay comentarios:

Publicar un comentario