miércoles, 2 de diciembre de 2015

Miedos

Imagen tomada de internet. Autor desconocido


Miedos

Relámpagos azules
iluminan su rostro ya cansado
de tanto desandar la misma vida.

Ancló en lejano puerto su quimera
zarpando a contraluz
en busca de una musa enamorada.
Pronto llegó a su lecho la tormenta.
Perdióse el norte
y quiso naufragar, hundir sus velas.

Lúgubres pesadillas aprisionan
los sueños del asceta desdichado.

Nunca supo bogar a la deriva,
se sintió naufragar estando en  tierra.

Inma Flores- |¬Derechos Reservados.
Imagen tomada de internet. Autor desconocido.


domingo, 25 de octubre de 2015

La voz en la mirada






Buscó su mirada, como quien atisba un pequeño rayo de luz en la oscuridad. De pronto, tropezó su sonrisa. Ya todo estaba bien. Podía respirar.

Se encontraba a salvo de cualquier pensamiento que le hiriese el alma. Sabía que en aquel silencio existían más certezas que en cualquier discurso que hubiese escuchado antes.

Sus voces continuaban mudas. No hacían falta palabras.  Entrelazaron sus manos a través de los iris, aún se amaban.

Ya no importaba el pasado; tampoco el mañana.
Irene Bulio © octubre 2015

miércoles, 14 de octubre de 2015

Otoño errante




Se fue pronto la vida
de tu cuerpo insumiso
sin pedirte permiso
ni anunciar su partida. 

.../...

Irene Bulio ©

Día Gris




Hoy amaneció roto el día
vacío de ilusiones
sin campos de lavanda
sin rosas en balcones
sin besos con aroma a café.
La tristeza...sembrada en los rincones.

Hoy amaneció roto el día.

¡Yo sé zurcir!





Irene Bulio © doce de octubre 



(Imagen tomada de internet. Autor desconocido)

jueves, 8 de octubre de 2015

Sabía...


«A pesar de su aspecto gallardo y azul, su alma era negra y pegajosa, como alquitrán. Se quiso enamorar cien veces, y una vez más, pero nunca se lo permitió. Sabía cómo usar la llave de la felicidad, y en vez de hacerlo para abrir el cerrojo que le impedía ser libre de verdad, se la tragó mientras gritaba que era imprescindible tener sus manos desocupadas para ser feliz. El herrumbe se apoderó de sus entrañas y se lo fue comiendo poco a poco, desde el interior, hasta que sólo quedó un cascarón sembrado de sonrisas tristes» - Irene Bulio ©

domingo, 13 de septiembre de 2015

Soneto encargado



 (Foto tomada de internet. Autor desconocido)

Nunca escribo por encargo, pero en este caso me pidieron un soneto y no me supe negar; ahí les va, con rapidez y algo de humor:

¿Dónde andas, Esperanza, dónde estás?
Que te miro, te busco y no te encuentro.
La pantalla, la torre… no estás dentro
¿Será que con sigilo te me vas?

Tan lejos y tan cerca como vives,
a menos de una hora en carretera,
lo fácil que parece a cualquiera
rodar, camino abajo… no te esquives…

Me pides unas rimas y un soneto
me apuro por sembrar con estos versos;
ya sabes que medir es cosa fina.

Aunque parezca fácil  este reto
de contar con los dedos, hay diversos
vaivenes de palabras;  me lo arruina...

Irene Bulio © 2015

domingo, 9 de agosto de 2015

Desde el Atlántico.





Despierta estoy
y aún a medio sueño;
el frío mar añil me impregna
su remembranza de un vaivén
de olas erguidas;
yacen recuerdos cristalinos
que atrapan ateridas oquedades.
¿Desde cuándo la vida? Dime,
si sabes, dónde fue sembrado
un primer suspiro.
...continuará.


(MM - La roca impregnada por un mismo mar)

jueves, 6 de agosto de 2015

«Cuando se anida en un corazón, se pertenece a él para siempre».




«Cuando se anida en un corazón, se pertenece a él para siempre».


Seguirás siendo mío, eternamente,
mientras el sol alumbre las mañanas
soñarás mis caricias cotidianas
en tu torso, en tu cuello y en tu frente.

Seguirás siendo mío, eternamente,
días tras día y, noche  frente a noche,
me pedirás que te ame con derroche
apasionado y, así, seguramente,

en otras soñarás mis dulces besos,
anhelarás caricias oxidadas
bajo el frío dolor de la derrota

porque  nunca hallarás mis embelesos
en roces de otras pieles excitadas
junto  a un rumor de luna que alborota.


Irene Bulio © 2015 




 Imagen tomada de internet. Autor desconocido.


lunes, 22 de junio de 2015

Resquicios nulos







Anochecen sombras
sobre el recuerdo insípido
de un último beso.
Desagrado.
Vacías las alforjas
de verdades a medias,
las soledades grises
sobre el rosa de tus labios
parecen adormecer mis recuerdos.
Desidia.
Ya no evoco tu mirada
ni el roce de tus manos,
ni el sabor de tu boca
que antaño fue ambrosía.
Fuerza.
La que hoy me acompaña
a lidiar un futuro
inexistente.
Sin ti, todo es nada,
se apaga el latir,
se cierran los párpados,
se sueña de nuevo.
En la nada
verdea un todo
donde ya no hay sombras,
ni desagrado,
ni desidia,
pero sí fuerza.
 
Inma Flores © 2015