«Cuando se anida en un corazón, se
pertenece a él para siempre».
Seguirás siendo mío, eternamente,
mientras el sol alumbre las mañanas
soñarás mis caricias cotidianas
en tu torso, en tu cuello y en tu
frente.
Seguirás siendo mío, eternamente,
días tras día y, noche frente a noche,
me pedirás que te ame con derroche
apasionado y, así, seguramente,
en otras soñarás mis dulces besos,
anhelarás caricias oxidadas
bajo el frío dolor de la derrota
porque nunca hallarás mis embelesos
en roces de otras pieles excitadas
junto a un rumor de luna que alborota.
Irene Bulio © 2015
Imagen tomada de internet. Autor desconocido.
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