Anochecen sombras
sobre el recuerdo insípido
de un último beso.
Desagrado.
Vacías las alforjas
de verdades a medias,
las soledades grises
sobre el rosa de tus labios
parecen adormecer mis recuerdos.
Desidia.
Ya no evoco tu mirada
ni el roce de tus manos,
ni el sabor de tu boca
que antaño fue ambrosía.
Fuerza.
La que hoy me acompaña
a lidiar un futuro
inexistente.
Sin ti, todo es nada,
se apaga el latir,
se cierran los párpados,
se sueña de nuevo.
En la nada
verdea un todo
donde ya no hay sombras,
ni desagrado,
ni desidia,
pero sí fuerza.
Inma Flores © 2015
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