Fotos iV Encuentro de Escritores Canarios en La Laguna.
Sabía...
«A pesar de su aspecto gallardo y azul, su alma era negra y pegajosa,
como alquitrán. Se quiso enamorar cien veces, y una vez más, pero nunca se lo
permitió. Sabía cómo usar la llave de la felicidad, y en vez de hacerlo para
abrir el cerrojo que le impedía ser libre de verdad, se la tragó mientras
gritaba que era imprescindible tener sus manos desocupadas para ser feliz. El herrumbe
se apoderó de sus entrañas y se lo fue comiendo poco a poco, desde el interior,
hasta que sólo quedó un cascarón sembrado de sonrisas tristes» - Irene
Bulio ©
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