(Imagen de Fabián Pérez)
Me gusta morder tu boca de melocotón;
saborear tus labios, como
gajos
de mandarina madura que me impregna
de un dulce sabor almibarado.
Me gusta acariciar tu rostro,
mientras dibujo serpentinas
con mis dedos pululando tu frente,
tus mejillas, el contorno de tu sonrisa.
Me gusta como atrapas, entre las tuyas,
mis piernas; escondiéndote
bajo las titilantes
estrellas
para juguetear en la
cálida noche.
Me gusta escuchar tu respiración,
sentir la calidez de tus manos
mientras revolotean mi cintura,
besar tu piel, tus cabellos canos…
Me gusta cuando el silencio corta
el zigzaguear que nos embriaga
para mirarnos de frente, en ese instante
en el que el mundo silente calla.
Irene Bulio © 2014
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