(Cuadro de Serge Marshennikov)
Un cuervo gris en la mesilla;
no ha parado de graznar en toda la noche.
Intento — con mi mano— hacerlo callar
No lo consigo.
Picotea mis dedos,
mi alma, mis recuerdos.
Un cuervo gris que no me deja dormir,
un cuervo gris que atormenta mis sueños,
un vil animal que picoteó y devoró mis ilusiones,
pero un simple cuervo gris.
No he conseguido quitármelo de encima en todo el día,
y sigue, y me daña, y me hiere, y yo le dejo…
Hasta la razón escapa de mis pensamientos.
¡Maldito cuervo gris!
Espero que mañana, al despertar, hayas desaparecido.
Quizás sea un simple deseo, y no lo consiga.
Quizás tenga más miedos que certezas.
¡Tantos quizás sin respuesta!
Sólo sé que soy libre, y tú, cuervo gris,
estás perdiendo tus alas.
Inma Flores © 11.03.2014
La insistente persecución de lo que nos hiere y daña... tal vez esta noche cogió forma de cuervo, mañana, tal vez de, de flores y primavera. Un abrazo muy grande guapísima!!
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