Te amo, aquí, silente estoy,
recordando tus tiernos besos,
las caricias fugaces en mi espalda,
tu luz, al amanecer,
alumbrando el hastío de la ausencia
en mi almohada fría.
Te amo, aquí, desnuda
de recuerdos dormidos, ya caducos,
donde no he de mirar sin revivir
el vuelo del deseo sobre la piel.
Te amo, aquí, amor,
amo tanto el dulzor de tu sonrisa
que contagia doradas primaveras
mientras busco a mi lado tu simiente,
tu pecho y tu pensar.
Amo la enredadera de tus pies
expandiendo el deseo, madreselva
en busca de mi sol
y un rayo que la abrace, eternamente.
Irene Bulio © 2016
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Irene Bulio © 2016
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