(Imagen tomada de internet, autor desconocido)
Ambos
lo sabían. Una nube gris, plagada de insectos, de dudas, de miedos, de
querencias falsas, de flirteos estériles, de falsos barrotes con aroma a fresa…
flotaba sobre sus cabezas.
Ambos
lo sabían. Se amaban.
Se
amaban. Y aún se aman.
Irene Bulio © 2015
«Cuando salta la chispa de un amor, éste es para siempre. Queda prendado en nosotros y nos acompañará a cada instante. A veces lo veremos frente a nosotros, como en un espejo; otras lo veremos reflejado en la persona de la que estamos enamorados en la actualidad; no permitamos que estos reflejos condicionen nuestro presente.
Es conveniente aprender a amar libremente, sin lastre alguno, a "desamar" lo que un día "fue".
Cada persona que viene a nuestra vida es única. Amarla también significa respetarla, evitarle sufrimiento, ofrecerle certezas».
«Cuando salta la chispa de un amor, éste es para siempre. Queda prendado en nosotros y nos acompañará a cada instante. A veces lo veremos frente a nosotros, como en un espejo; otras lo veremos reflejado en la persona de la que estamos enamorados en la actualidad; no permitamos que estos reflejos condicionen nuestro presente.
Es conveniente aprender a amar libremente, sin lastre alguno, a "desamar" lo que un día "fue".
Cada persona que viene a nuestra vida es única. Amarla también significa respetarla, evitarle sufrimiento, ofrecerle certezas».
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