Pintura de Omar Ortiz
Monotonía
Silenciosas
van las horas
con
su canto que ya es mudo
de
tanto aguantar el nudo
por
el que tanto me lloras
pues
quedan como deudoras
del
tiempo no consumido
llorando
con un quejido
de
tanto que te aprisiona
el
cartón de la corona
que
en tu cabeza has prendido.
Así
pasaron los años
sin
que nos diéramos cuenta
si
eran diez o eran cincuenta
o
eran miles los peldaños,
todos
de inmensos tamaños,
que
tuvimos que subir
sin
que pudiéramos huir
del
lugar hacia otro lado
nunca
bien aconsejado
por
gente de mal fruncir.
Ahora
que el tiempo es perdido
miro
a Cronos de reojo
echando
bien el cerrojo
del
minuto inconsumido
pues
no quiero estar metido
en
la espiral sin retorno
muriéndome
de bochorno
por
el minuto extraviado
que
no está por ningún lado
sino
que quedó de adorno.
Irene Bulio © 2015
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