jueves, 20 de noviembre de 2014

Ir de compras —una pizca de humor—


(Imagen tomada de internet, autor desconocido)


De repente  me tropecé tu espalda,


haciendo cola en el supermercado,


con un gesto liberé  de mi falda


el blusón  que se hallaba aprisionado.



 Inhalando en ti  con rotundidad


un  varonil aroma, tu perfume,


evocaba en mi  prieta  castidad


pensamientos  que una dama no asume.




¡Menos mal que por fin llegó mi vez !


Me atendió el pescadero  uniformado


cubierto de escamas,  el hombre pez,




yo, sirena que nunca antes ha amado


reconozco  purpúrea mi  tez.


¡Oh Dios, pero si aún siquiera he pecado!




Irene Bulio ©2014





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