Las lágrimas acuden a su rostro
como valientes soldados a la batalla,
dispuestos a proteger con su vida
su triste y compungido corazón.
Salen de sus lacrimales, unidas,
sin que nadie las llame, en fila…
para recorrer sus mejillas y acabar
estrechas, vacías, sin aliento,
en la comisura de sus labios.
Llegadas a este punto,
un dedo acusador las
aplasta,
y una sonrisa las intenta dejar
en el olvido, como si
nada hubiese pasado.
Pero sus ojos, rojos, desde antaño
en contraste con el verde de su iris,
delatan a estas valientes.
Nadie las llama, ellas acuden, siempre serviles
dispuestas, como soldados fieles
con la única misión
de custodiar
el castillo de su corazón.
¡¡Gracias lágrimas!!
(Foto tomada de internet - Autor desconocido)
Como amoniaco limpian
su dolor,
evitando que doña Tristeza acabe con su vida,
que doña Meta regrese a sus arterias,
que don Nuevo Sueño eche a Tristeza
de las oquedades de su corazón.
Doña Sonrisa llega de nuevo,
como una reina, como
una Diosa,
y toma posesión del Castillo de su Corazón.
¡¡Gracias lágrimas!!
Fieles lágrimas, que aplastan el dolor,
Y permiten brotar una nueva ilusión.
Irene Bulio © 2013
Las lágrimas, amigas inseparables del alma. Ellas se desprenden de nuestro interior queriendo arrancar el dolor de nuestro corazón.
ResponderEliminarLágrimas de tristeza, de melancolía, de desesperanza de sentirnos morir en vida.
Lágrimas de impotencia, que nos arranca de adentro la fortaleza que dejamos olvidada. Lágrimas que harán cambiar nuestra mirada, buscando un nuevo horizonte, con metas, ilusiones; con sueños, esperanzas.
Quedará atrás la tristeza y la angustia... olvidada, cuando logren nuestras lágrimas llevarse el recuerdo que nos atormenta el alma.
Hermoso Inma, como siempre, brindando tus emociones. Te dejo un poquito de mí.
No hay duda que vives en una constante lucha interior... (aparte de la diaria pública). Pero sé que saldrás vencedora, de esta y de todas las luchas que te se pongan por delante. Un abrazo y, ¡arriba esos ánimos!
ResponderEliminarHola, Inma.
ResponderEliminarEso sucede en muchas ocasiones, sobre todo, a las mujeres y a las personas sensibles.
En cuanto a las lágrimas ya no sé cuánto hace que no lloro de tristeza. Quizás lo hice dos veces en mi vida y siempre por pérdidas irreparables. Ahora lo hago de alegría. Tengo tantas risas dentro que me desborda hasta por los ojos y en ocasiones se me ponen brillantes como si quisiera llorar.
Pero las tuyas déjalas salir porque no es bueno para el corazón restañarlas todo el tiempo. Que surquen tus mejillas, que caigan de los ojos sin control y abandonada a esa nostálgica situación tu alma se aliviará.
Un abrazo muy fuerte.
Feliz Navidad, querida amiga!!!