Duele el
vacío, hielo en este pecho
enloquecido
de ausencias. Sin ti
sin tu
mirada, nunca más viví
pues
tanto desamor hiere en el lecho.
Parpadeo
feliz, por si te flecho,
por si de
nuevo llegas hasta mí
tal como
en versos ya escribí
pensándote
feliz y satisfecho.
Mientras,
busco tu aliento en la mañana
extendiendo
mi mano hasta tu espalda,
y una
lágrima negra el rostro enjuaga.
Como en
los sueños, real y tan lejana
late tu tenue
luz, brillo esmeralda.
Quiebra mi corazón por esta daga.
Inma
Flores © 2018
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