lunes, 6 de febrero de 2017

Desgarros



(Imagen tomada de internet, autor Renso Castaneda)

Desgarros 

Déjeme una mortaja, por Dios, madre
para este corazón recién caído
que yace muerto sobre el frío suelo
sin un latir que enhebre con la vida.

Déjeme una mortaja, por Dios, madre
para este cruel dolor que me aprisiona
la dicha, la frescura, la belleza,
la calma, la ternura y el sentir.

Déjeme una mortaja, por Dios, madre
que hoy la vida carece de un mañana
sin un sí, sin abrazos ni un «te quiero»
sin un trozo de cielo con su sol.

Déjeme una mortaja, por Dios, madre
que no logro vivir sin su presencia.
Muerta en vida, mi sino fue  perderle,
la locura será mi salvación…

Inma Flores ©

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