Así
quedé,
como
un suspiro
que
no pudo exhalar tu interior.
Así
quedé,
atrapado
en tu pecho,
siendo
el mismo latir del corazón
donde un día vibré de amor.
Así
quedé,
para
siempre atrapado en ti,
en
el recuerdo de un ayer
que
soñó ser futuro.
Así
quedé,
por
mucho tiempo
dormité
en tus entrañas
pesadillas
infectas de terror,
donde
el protagonista vomitaba
su desidia, su angustia putrefacta,
su
infinito dolor .
Así
quedé,
roto, sin un arreglo,
sin
un mañana útil,
sin
presente que obsequiar.
Roberto Kamé © 2016
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