Dibujaste mi mundo con ternura
con sonrisas azules de laúdes,
con miradas de almíbar me desnudas,
con la fé y la paz que nunca tuve.
Encriptaste
mi vida en tu recuerdo,
a
un corazón nevado de reproches,
frialdad
de palabras mudas, reguero
de
desprecios, inhóspitos temores…
Desiertos
ya quedaron los caminos
que
llevan a un reencuentro apasionado,
cerrada
toda puerta, el postigo
ventila
los instantes sin amor.
Inma
Flores ©
(Imagen tomada de internet. Autor desconocido)