(Imagen tomada de internet. Autor desconocido)
Te
soñé.
Te
sueño todavía
con
la esperanza puesta
cuando
se aclara el día.
Bendigo
esta noche
que
se antojaba fría,
pues
tus húmedos besos
clamaron
rebeldía
en
mi sedienta boca…
Te imploro la osadía
de
que grites al mundo:
«Ella
me ama, es mía»
Irene Bulio © 2016
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