lunes, 27 de mayo de 2013

Prisas



Esta mañana salía corriendo de casa, enfundada en mi abrigo rojo y sobre mis tacones del mismo color. Me sentía una Diosa sobre esos doce centímetros de tacón y con el cinturón abrazando y moldeando mi cintura.

Miré el reloj, era tarde. Instintivamente paré, alcé uno de mis brazos y solicité un taxi.

     Buenos días, señorita, ¿Hacia dónde la llevo? — preguntó el taxista.

     Hacia el Parque Mayor— contesté con rotundidad.

Apenas pasaron 8 minutos,  cuando ya estaba delante de mi oficina. Apresuradamente busqué mi cartera en el revuelto y enorme bolso.

     ¡Horror! Anoche dejé 50 euros a mi vecina y sólo me queda una moneda de 2 euros en la cartera. — Mi cara estaba descompuesta mientras comentaba la situación al taxista; al unísono, él sonreía de forma picarona.

     No se preocupe, la puedo volver a llevar a casa, quizás allí consiga abonarme la carrera — contestó con voz socarrona— Estoy convencido de ello.

     ¡Volvamos entonces!— contesté, mientras sacaba el móvil del bolso dispuesta a decir a mi jefe que  llegaría tarde, pues “se me habían pegado las sábanas”.

Inma Flores © mayo 2013

 

 

 

jueves, 9 de mayo de 2013

Alma...

Foto extraída de Lingerie.
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Alma...


Estando en soledad —soledad no deseada—,
soledad insoportable frente a un espejo,
soledad que devuelve la imagen de mi alma;
ese alma ya  embriagada por el vino...
 
Alma ácida por el desamor vilmente derramado;
alma de mirada triste  por los placeres no vividos;
alma compungida por los sueños no realizados...
pero al fin y al cabo alma.

 
Alma triste y solitaria, pero alma;
alma embriagada y fría, pero alma;
alma, alma, desalmada ya mi  alma...
¿qué ha quedado?
 
Sólo un triste recuerdo, un sorbo de vino...
... y mucha calma...
 

Inma Flores © 2013

 


sábado, 4 de mayo de 2013

A mi madre, a tu madre y a la de todos...


A  mi madre
 
 

 

Amarte madre, es lo que hago cada día,

en cada instante de mi vida, casi sin darme cuenta.

Amarte, madre, amarte a través de lo que me enseñaste,

a través de lo que en ti aprendí, de lo que conmigo compartiste.

 

Amarte madre, cada día de la semana, cada día del mes,

cada día de mi vida. No necesito un día especial.

Hoy te amo. Ayer te amé. Te amaré siempre,

al igual que tú amas a tus hijos, con cada inhalación.

 

Amarte madre, y no sólo amarte, sino entenderte,

valorarte, compartirte, sentirme orgullosa de haber nacido de ti.

No sólo por engendrarme, pues nacer de ti es nacer de tu corazón,

sentirme cubierta con tus desvelos, con tus lágrimas, con tus sueños.

 

Amarte madre, desde siempre y por siempre.

Sentir el beso más dulce, después de el del hijo,

Sentir la caricia más suave, junto a la de un padre.

Sentir un amor infinito… un amor que sólo puede dar una madre.

 

Inma Flores © mayo 2013