Dícese de quien tiene muy cortita
la memoria y se atreve a enamorar
desplegando sonrisas; ser vulgar,
cual triste espantapájaros que grita
sin tener voz, sin tino. Él se agita
simulando que es buena persona
pero el tiempo mentiras no perdona:
la verdad nunca queda dormidita.
Machango, pretencioso a caballero,
el mentir es tu verbo preferido
y vas rompiendo instantes , emociones
que jamás sentirás. Ni con dinero
podrás nunca pagar el ser querido.
A pares “no se aman” corazones.
© Inma Flores