Eres la luz y la
tormenta,
la fragilidad de la escarcha en el otoño,
el deseo febril de una caricia,
la duda que muere bajo tus cejas,
el nudo impenitente de mis piernas
como enredaderas en tu espalda,
la voz, el sueño, el grito y la nostalgia.
Eres mi todo, mi sino, mi esperanza.