Llega oscura la hora en la que llueve tu risa
y se adentra, despacio, a través de mi oído.
Silencio, quiero silencio, apaciguar las voces,
sentir el vacío que acaricia tu ausencia
mientras mi vientre retuerce los restos
de tu latido imperfecto; un tictac mudo
que escandaliza el eterno minuto
en el que decido acallar la mudez del abandono.
Ya nada es, nada fue, nada recuerdo…
Vivir es hoy, sin un mañana que aguarde
al otro lado del mar, aunque bajo un mismo cielo.
Vivir es hoy, bajo esta lluvia infernal,
catarata de agonía que opaca la cueva
donde mi voz se hizo invisible, jugando a ocultarse
para que no la oigas, pensando que tal vez,
-sólo tal vez-, no la escuches meciéndose en el viento,
jugando a querer balancearse en este resto de luna
que un día soñó iluminar nuestro cielo; no éste de hoy,
amenazando, como frías ascuas, teñir de gris la madrugada.
Vivir es hoy.
Sin el lastre cargado de lo absurdo, vivir es hoy,
desde el cielo azul de este Atlántico, sin sorpresas, sin sombras,
vivir es hoy.
© Inma Flores
Imagen tomada de internet, autor desconocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario